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sábado, 5 de noviembre de 2016

"Catacumbas de París: el destino turístico que da más miedo" (2016)

El destino turístico que da más miedo


LAS CATACUMBAS DE PARÍS.

Por E. V. Pita
La Voz de Galicia
Suplemento YES
29 de octubre de 2016

La mayor necrópolis del mundo, con seis millones de esqueletos yace, paradójicamente, bajo la capital de la luz.  A pocos metros del famoso cementerio de Montparnasse, el subsuelo esconde secretos tenebrosos. Las galerías de una mina romana de caliza de la antigua Lutecia fueron reconvertidas en los siglos XVIII y XIX en un osario y un éxito turístico.  Bienvenidos al imperio de la Muerte. Así recibe un letrero escrito en francés a los visitantes de las Catacumbas de París. Acaba usted de llegar a la mayor necrópolis del mundo, con 6 millones de esqueletos amontonados. Es el lugar más parecido a lo que uno podría esperar encontrar en el infierno. Largos túneles donde están amontonadas decenas de miles de calaveras y fémures de parisinos que vivieron en los siglos XVIII y XIX. Sin duda, el destino turístico más tétrico del mundo pero que atrae a los visitantes, que hacen cola durante una hora o más para bajar a estas galerías subterráneas tras pagar 12 euros. Solo pueden entrar 25 personas de cada vez. El lugar no tiene pérdida. Está situado frente a una entrada del cementerio más famoso de París: Montparnasse, donde reposan ilustres como el poeta Baudelaire, el escritor Beckett o el filósofo Paul Sartre y su compañera Simone de Beuvair.   Para entrar en las catacumbas, hay que bajar una interminable escalera de caracol que hace palidecer a los pasadizos de los thrillers de Alfred Hitchcock.A medida que uno se hunde en el subsuelo, la presión y el calor aumentan y la sensación de agobio inquieta al forastero. PARÍS TENÍA MAR TROPICALQuizás lo que más sorprenda al visitante es que París tenía un mar tropical en épocas pretéritas. Las galerías de las catacumbas fueron excavadas en una capa de caliza en la que es fácil hallar fósiles marinos de hace 45 millones de años.El mar de París era poco profundo y caluroso, lo que permitió crear una amplia montaña de conchas de gastrópodos muertos. Cuando la Lutecia gala cayó bajo el dominio romano, los mineros excavaron túneles para retirar bloques de caliza, la roca sedimentaria formada por la acumulación de carbonato de calcio.Pero luego estas canteras cayeron en el olvido hasta que 1.300 años después fueron redescubiertas a causa de los desprendimientos que provocaban en las calles de París en el siglo XVIII. Unos derrumbes que llegaron a causar psicosis general en la población. En 1777, el rey Luis XVI envió inspectores a comprobar los riesgos subterráneos que generaban grandes oquedades en el pavimento. Los ingenieros perforaron galerías para apuntalar la cantera con pilares.Finalmente, las autoridades parisinas deciden aprovechar este tenebroso lugar como osario y en 1786 inauguran las catacumbas. A medida que crecía la ciudad, los restos de los cementarios que eran desmantelados eran trasladados a dichas catacumbas: en 1788, 1842 y 1860.Pronto, la necrópolis pasó a convertirse en un reclamo turístico incluso para el emperador de Alemania y rival de Francia. Hoy, la gente sigue haciendo cola.La visita es realmente agobiante. Hay que caminar cientos de metros por largos túneles apenas iluminados por unos faroles, en los que todavía se conserva partede la obra romana, hasta llegar a un amplio hall con columnatas que recuerdan a un tempo egipcio. Los carteles de los dinteles incluyen sentencias de pensadores inmortales que nos advierten del breve paso por la vida.Tras atravesar las verjas de la entrada, los visitantes se encuentran con una tétrica disposición de los esqueletos. Los obreros, con un negro sentido del romanticismo, colocaron unas calaveras formando un corazón. En otro lado, crean figuras como cruces o bolas. La materia prima son tibias. La salida es por un túnel húmedo, con charcos y goteras. Uno sube con rapidez la escalera de caracol y al salir a la calle, le ciega la luz. Es inevitable respirar aliviado.

sábado, 9 de noviembre de 2013

"Vuelo sobre el Everest" (2007)


Vuelo sobre el Everest (2007)


Publicado en  La Voz de Galicia

Suplemento Fugas

Viernes, 8 de noviembre del 2013

Por: E.V.Pita

APUNTES DE VIAJE [ NEPAL ]


E. V. PITA | [..] En un viaje a Nepal de hace unos años,tras salir de las calles llenas de miseria de la India, la pobreza seguía presente en las cordilleras nepalís. En su capital, Katmandú, una mujer pedía a los transeúntes dinero para comprarle leche a sus hijos. Una turista no le dio dinero, pero fue a la tienda que había a escasos metros y le compró un litro. Dijo que jamás su conciencia permitiría que un niño se quedase sin leche, fuese verdad o no la historia de la mujer.
Pero en Nepal la pobreza está presente en todos lados y es una forma de vida ante las escaseces de este país aislado entre las cumbres más altas del mundo. Por ejemplo, sherpas con la espalda doblada cargaban hasta dos sofás a sus hombros. La capital estaba repleta de estos formidables porteadores que cargaban pesos increíbles. Por algo, los sherpas fueron los primeros en escalar junto a Edmund Hillary el monte Everest. Para quienes no somos escaladores del nivel de Chus Lago, la mejor forma de rozar la cumbre del Himalaya es pagar 125 dólares. Basta con subir a una avioneta,de esas que pondrían los pelos de punta al mismísimo Indiana Jones.
El vuelo parte de Katmandú y en una hora se avista la cima del Everest, que asoma por encima de nubes tan negras que a uno se le quitan las ganas de intentar escalarlo. Para obtener la mejor foto, el piloto deja que los viajeros entren en su cabina.

sábado, 28 de septiembre de 2013

"La suerte de Liverpool" / Cascos históricos como parque temáticos (2013)


Autor: E. V. Pita

Fecha de publicación: 31 de agosto de 2013

La Voz de Galicia / sección opinión : Almuerzo gratis

La suerte de Liverpool

by E.V.Pita (2013) / Great trip around England, Wales and Ireland in only 10 journeys / Vuelta a Inglaterra en 10 días por E.V.Pita
El pub The Cavern y la estatua de John Lennon
Las grandes ciudades industriales y portuarias de Inglaterra como Liverpool y Bristol o la galesa Cardiff entraron en declive hace décadas. Todas siguieron un mismo patrón para reinventarse y buscar un nuevo modo de vida. Reconvirtieron sus muelles en ruinas, antes repletos de chimeneas y barcos, en zonas de ocio con museos, edificios de diseño vanguardista, palacios de congresos y centros comerciales que atraen a millones de turistas al año. En verano, no cabe ni un alfiler. La que más suerte ha tenido ha sido Liverpool. No solo porque su club de fútbol acabe de fichar al exceleste vigués Iago Aspas ni porque en su club The Cavern hayan triunfado los Beatles. Simplemente, las tiendas llenas de turistas. El modelo de revivir una ciudad funcionó no solo en Liverpool si no también con la rehabilitación de la fachada marítima de Barcelona, por ejemplo.


by E.V.Pita (2013) / Great trip around England, Wales and Ireland in only 10 journeys / Vuelta a Inglaterra en 10 días por E.V.Pita
Estas historias de éxito nos hacen pensar que el proyecto Abrir Vigo al Mar valió de algo y que la rehabilitación del Casco Vello necesita un impulso final para dinamizar su economía. Hay que preguntarse por qué los turistas gastan su dinero en los cascos históricos ingleses o franceses como Saint-Maló, Ruan, Oxford, Bath o York. Muchos tienen castillos, ruinas romanas o calles antiguas. Vigo también. La clave de su éxito es que convirtieron su ciudad en un parque temático con atracciones y espectáculos.
El colmo del rigor histórico es Stradford-Upon-Avon, patria chica de Shakespeare, donde las tiendas tienen las fachadas torcidas para imitar las casas de la Edad Media. El forastero se va encantado. Recrear esa atmósfera en Vigo sería como si la plaza de O Berbés fuese rehabilitada fielmente a su imagen de postal de 1900, con barcas en los arcos, o que todas las tiendas de Príncipe tuviesen letreros o farolas del siglo XIX.


"Inter Rail reinventa su fórmula" (2007)

Publicado el 6 de marzo del 2007

La Voz de Galicia

Reportaje | La aventura de viajar barato en tren por Europa

Inter Rail reinventa su fórmula


Los mochileros podrán recorrer en ferrocarril el viejo continente por 32 euros a partir de abril. El pase internacional revisa sus precios para competir con el avión

Autor: E. V. Pita

Inter Rail, el billete único de tren que permite viajar por toda Europa, ha revolucionado su fórmula para competir con los vuelos baratos.
A partir del 1 de abril  entrará en vigor un nuevo pase internacional que permite disfrutar por 32 euros de tres días de viajes libres e ilimitados en ferrocarril por la República Checa a elegir en un período de un mes.
Esta es la mejor oferta, para menores de 26 años, de este producto ferroviario que ya han usado 6,8 millones de mochileros desde 1972. La opción más cara, para mayores de 26 años, es un mes por 31 países europeos en 
vagones de primera clase por 809 euros. Cuesta 200 más que la tarifa más cara actual en segunda clase.
La web oficial www.interrail.net explica el secreto de la nueva fórmula, que
se divide en dos opciones.
La primera es el clásico Global Pass, válido para recorrer sin límite los 31 países participantes, de los que la compañía Renfe es miembro. Es posible viajar 5, 10, 22 días o un mes. La segunda posibilidad se denomina One-Country (un país a elegir), una oferta flexible inspirada en el Eurodominó.
Da la oportunidad de explorar en tren un país durante 3, 4, 6 y 8 jornadas dentro de un período limitado a un mes.
El One-Country elimina las tradicionales ocho zonas que dividían Europa en regiones y por las que
el viajero pagaba un plus.
Ahora, el sistema clasifica los países por niveles de precios caros y baratos. En el nivel 1 figuran las naciones de la Europa rica: Francia, Alemania, Inglaterra y Escandinavia. En el nivel 2, más económico, España, Italia, el resto de la UE y el ferri a Grecia. En los dos niveles restantes, entran los países del Este, Rusia y Turquía. Desaparece de la oferta Marruecos. A los mochileros les interesa comprar un vuelo barato al país de destino y, una vez allí, moverse en tren.
El nuevo diseño se parece al Eurail, el pase que adquieren los americanos, japoneses y australianos.

Dudas y protestas en los foros de los viajeros independientes

La compañía Renfe guarda mutismo a la espera de presentar oficialmente a lo largo de este mes el nuevo pase. Su oficina de información internacional todavía ignora en qué consiste el nuevo billete, pese a que apenas faltan 25 días para su entrada en vigor, justo antes de las vacaciones de Semana Santa.
El cambio de fórmula, que se hizo público el 12 de enero en webs inglesas y alemanas, no ha dejado indiferente a los mochileros españoles. El foro de Inter-Rail.org recibía cientos de consultas en apenas unas semanas por las dudas que genera la supresión de zonas y tiempos de viaje. «¡Vaya
lío! Hay que cambiar el chip», lamenta la viajera independiente Getari.
Algunos detractores han bautizado al nuevo pase como el «Anti-Interrail» porque, al hacer cuentas,
«sale mucho más caro». Otros se quejan de que destroza la filosofía de «más ciudades en menos
tiempo» porque obliga a pasar varios días en una capital. «Se acabó el improvisar», comenta Carbayón. «Sólo merece la pena el pase Global», añade.

Ideas para Inter Rail

Ideas para Inter Rail 


Galicia podría atraer a los 32.000 extranjeros que recorren España en verano en ferrocarril
Cada verano, 140.000 jóvenes mochileros europeos y otros tantos americanos recorren Europa en tren con los billetes InterRail y Eurorail. Duermen en los andenes de las estaciones y no se separan de su
botella de agua. Unos 32.000 interraileros extranjeros visitan la península ibérica cada año y se mueven en tren por Barcelona, Madrid y Lisboa. Galicia podría ofrecer refugios gratuitos, al igual que los peregrinos, y libre acceso a Internet para atraer a estos mochileros, futuros turistas. Valencia ya lo hace.


Autor : E. V. PITA

El mochilero es el turista de alpargata que menos gasta durante los 5.000 kilómetros que recorre de media. Según una encuesta de la compañía ferroviaria gala SNCF, un tercio de los 12.500 interraileros españoles (400 gallegos) viajan a Francia, Bélgica y Holanda. Uno de cada cuatro extranjeros elige España.
Duermen en vagones para ahorrar el alojamiento y nunca visitan una ciudad más de tres noches (las reglas de los albergues lo impiden).
En cierto modo, se asemejan a los peregrinos. Desayunan en París, almuerzan en Bruselas y cenan en Amsterdam. Comen bocadillos de supermercado y beben agua, el presupuesto no permite lujos. A veces, pasan hambre y sueño y su único souvenir es una camiseta de recuerdo. Pero tienen
un mes de vacaciones para visitar Escandinavia o las islas griegas, una noche en la cubierta del ferry y otra tirado en un andén. Los sufrimientos no importan: son jóvenes y
quieren ver mundo. Aunque parezcan pedigüeños, necesitan ahorrar 100.000 pesetas para pagar billete y gastos. Así que no todos se lo pueden permitir. La mayoría son estudiantes de familia de clase media-alta que, al finalizar sus estudios, emprenden una aventura por Europa. Otros trabajan y ahorran. El día de mañana, cuando sean adultos y tengan poder adquisitivo, volverán con sus hijos a sus lugares preferidos de juventud, y podrán permitirse buenos restaurantes y hoteles de lujo. Los mochileros de hoy son los turistas del mañana.

No es ningún secreto que Galicia queda fuera del circuito InterRail, pese a ser ruta de regreso desde Portugal. Los extranjeros recorren 2.000 kilómetros en España y visitan cuatro ciudades. La mayoría recala en Barcelona o Madrid. Peter Freisberg, alemán famoso por su web sobre InterRail, llegó a Barcelona pero como hacía mucho calor regresó el mismo día al Pirineo francés. En vista de esto, las visitas a Galicia, a mil kilómetros de la frontera, son raras. Pero podría aprovecharse el tráfico a Portugal. Todo cambiaría si se sigue el ejemplo de la ciudad noruega de Thromheim, que tiene albergue gratis. Para un mochilero,
recorrer 500 kilómetros en una noche no es nada si el premio es un lugar para descansar y asearse.
Sólo ocho albergues juveniles de la Xunta están integrados en la International Youth Hostel Federation (IYHF), y no se prevé crear más. Los mochileros acuden a esta red porque los hoteles cumplen requisitos de higiene y seguridad (el precio oscila entre 1.500 y 3.000 pesetas) y agradecen que se ubiquen cerca de las estaciones para encontrarlos rápido, descargar la mochila y disponer del día para visitar la ciudad. Pero
los gallegos no ofrecen estas comodidades.
En A Coruña hay dos, en Sada y Gandarío, a 20 kilómetros de la capital, y en Vigo, el refugio queda alejado de la estación.
La propuesta sigue el modelo danés. La estación central de Copenhague ha habilitado un refugio gratis
para mochileros que siguen camino hacia Suecia o Alemania. Pueden descansar, ducharse con monedas
o tomar bocadillos. No está permitido pernoctar. La capital danesa es escala obligada, los mochileros gastan
sus coronas de día y, de noche, continúan viaje. En Valencia, la asociación Camino y Renfe ofertan un refugio con descuento del 50% y acceso libre a Internet. La red es clave porque muchos mochileros chatean
con amigos o reservan alojamiento a través de Internet.

lunes, 23 de septiembre de 2013

"Drácula vende su castillo" (2007)


 "Drácula vende su castillo"

Autor : E.V.Pita

Publicado el 21 de enero del 2007 en La Voz de Galicia, en el suplemento Los Domingos de La Voz

Cuesta 60 millones de euros, pero el condado de Brasov quiere recuperar mediante un «leasing» la fortaleza de los Cárpatos. El precio lo vale: miles de turistas acuden cada año allí atraídos por el mito de Drácula

EL ESCENARIO
Inspiró a  Bram Stoker
Pese a su ñoña apariencia, las torres del castillo de Bran bastaron para convencer al autor de «Drácula» de que era allí donde debía situar la morada del muerto viviente. La novela de terror de Bram Stoker, escrita en 1897, se convirtió en el tercer libro en inglés más leído tras la Biblia y las obras de Shakespeare.
No se limitaba a relatar desde un enfoque moderno una historia de vampiros, temidos ya por las legiones romanas. Lo inquietante del libro era que el príncipe de las Tinieblas viajaba a Londres y seducía a inocentes damiselas a las que, tras besarlas en el cuello, transformaba en lascivas vampiresas. 
Escandalizó a la alta sociedad del Imperio británico y dio la estocada final al puritanismo victoriano.

El atestado tren nocturno procedente de Budapest atraviesa las amarillentas llanuras de Transilvania. En los compartimentos separados viajan familias enteras, algunas compuestas por nómadas cíngaros, siempre de buen humor. Al pie de las vías, surgen oxidadas fábricas e industrias pesadas. Los campos de cereales rumanos parecen más descuidados que los húngaros. Al fondo, se divisa la silueta de los montes Cárpatos. La locomotora entra en el condado de Brasov. Son las seis de la mañana y la estación de Bran está repleta de viajeros. Una aldeana sube la escalinata de gris mármol de imitación con una vieja maleta a cuestas y acompañada de un anciano con un fardo de ropa.
En la explanada cercana, el humo de los motores de los autobuses se expande por la zona.
Hay que cruzar la calzada y un mercado callejero para alcanzar el primer barrio, con edificios de oficinas construidos con cutres bloques grises de cemento.
Desde el restaurante McDonald’s de la plaza principal se llega al casco viejo de Bran. El estilo de los edificios es alemán, pues la rica burguesía bohemia ocupó durante siglos la ribera de aquel valle. Al doblar la esquina del hotel de la alameda se halla el museo del conde Drácula. Sí, el vampiro imaginado por el escritor romántico Bram Stoker, quien se inspiró en el príncipe transilvano Vlad el Empalador, ha dejado su huella en estas tierras. Y las autoridades intentan sacar dinero a los turistas con esto. Incluso hay rutas organizadas. La morada del Príncipe de las Tinieblas se halla a unos diez kilómetros de Bran.
Para llegar allí se puede tomar un destartalado bus con agujeros en el suelo. El viaje dura media hora y, a medida que el bus avanza, la sombra de las nubes oscurece la estrecha carretera rodeada de pastos. El calor aprieta. A través de la ventanilla, se ven las oscuras siluetas de los abetos de las montañas de los Cárpatos.

En el corazón de Transilvania

La llegada al pueblo es sobrecogedora; los tejados y paredes de piedra negra de las casas rústicas hacen que uno se sienta inmerso en el corazón de Transilvania. A pocos kilómetros se extienden las tierras de Valaquia. Sobrevuelan la carretera unos grandes cuervos negros. Y allí está, sobre una colina rocosa se levanta un castillo de cuatro altas torres y tejados rojos puntiagudos. Tal y como aparece en las películas de Hollywood, aunque más pequeño.  El misterio queda roto por los puestos de venta de suvenires.
Atravesamos el lago, junto al cual está el Museo Etnográfico, que reconstruye un típico pueblo transilvano. Tras escalar las rocas, se entra en las puertas del castillo en el que se inspiró Bram Stoker, el autor de la novela Drácula.
Desde aquella atalaya, el cruel príncipe Vlad Tepes de Valaquia, conocido como Draculae (El Dragón), dominaba el valle y los pasos a los Cárpatos, entre Bucegi y la Piatra Craiului. La fortaleza fue construida por los caballeros de una orden militar que en el siglo XIII protegían las ruta de peregrinación a Jerusalén en plenas cruzadas.
Dos siglos después, el castillo gótico intentó frenar el avance de las hordas turcas que acababan de conquistar Constantinopla y que amenazaban las puertas de Viena.
Pero los guías rumanos no se atreven a afirmar con seguridad que el malvado Vlad residiese aquí. Lo único constatado es que dicho noble, un psicópata aficionado a ensartar en estacas a sus enemigos musulmanes, a los rebeldes y a su propio pueblo, pasó un par de días en las mazmorras de la villa de Bran, ocupada por los otomanos.
Ni siquiera la novelista moderna Elisabeth Kostova, autora de La historiadora, concede demasiado protagonismo a esta morada de Drácula. Su personaje femenino busca la tumba del vampiro en otras fortalezas: junto a un lago, en una aldea rumana y en una iglesia templaria francesa.
Al atravesar las puertas del castillo, le invade a uno una sensación de desasosiego. Pero, dentro de los muros, la angustia pronto desaparece.
¿Por qué ese cambio?
Uno tampoco es que espere hallar ataúdes o espejos antiquísimos en los pasillos. Lo que ocurre es que la decoración barroca de las alcobas y los aposentos tiene un cursi aire victoriano propio del siglo XIX. Ni rastro de mazmorras, aunque hay un pasadizo al que no todos los turistas acceden. 

Cambios de dueños

En 1920, la fortaleza fue donada por el ayuntamiento a la reina María de Rumanía, perteneciente a la familia real inglesa y rusa. Su alteza lo restauró para convertirlo en una bonita residencia de verano y le incorporó un ascensor. El castillo fue requisado por el régimen comunista y convertido en museo y atracción turística. Las autoridades proyectaron abrir un parque temático llamado Draculand. En el 2001, fue devuelta a sus legítimos propietarios: Dominic de Habsburgo y sus hermanas, herederos de la princesa rumana Iliana.
Actualmente, la fortaleza alberga un museo de arte medieval. El presidente del condado de Brasov, Aristotel Cancescu, hizo el pasado noviembre una oferta y esta misma semana el castillo dio los primeros pasos para cambiar de manos por el módico precio de 60 millones de euros. Es la cantidad que el gobierno regional de Brasov pidió en leasing a un banco austríaco para recuperar el principal símbolo de Transilvania y Valaquia.
El interior de la fortaleza guarda poco de sus batallas y mantiene un aire cursi del siglo XIX
Hace unos años las autoridades proyectaron un parque temático
llamado «Draculand»

domingo, 22 de septiembre de 2013

"Aires de cambio en Iran" (2002)


"Aires de cambio en Irán" (2002)


Fecha de publicación: 8 de septiembre del 2002
La Voz de Galicia / Suplemento: Los domingos de La Voz
Autor: E.V.Pita
Texto original en:
http://reportajesdeevazquezpita.blogspot.com/2013/09/aires-de-cambio-en-iran-2003.html

Un país en el Eje del Mal


Aires de cambio en Irán



"No te aflijas, Hazrat". Los versos del poeta Hafez, escritos en Shiraz hace seis siglos, describen la situación de angustia que viven 70 millones de iraníes. La República Islámica de Irán ha sido incluida por Estados Unidos en el Eje del Mal, junto a Irak y Corea del Norte, bajo la sospecha de financiar el terrorismo contra Occidente. ¿Está la mano del gobierno chiíta detrás de la masacre del 11-S? Es dudoso.
Año 2002. A lo largo de todo el país, se suman voces que reclaman un cambio democrático y una mejora de su economía. Ya nadie oculta su malestar a nivel privado por la opresión religiosa. Otros se lo toman a rechifla y burlan la ley como pueden. Pero aún hay silencio y miedo. Un taxista de la montañosa Tabrik, al pasar junto a un cartel propagandístico del ayatolá Jomeini próximo a un aeropuerto militar, simula con la mano un avión en picado. "Así nos va con éstos", exclama indignado. En un restaurante del Mar Caspio, M., un empleado de hostelería de Teherán, reclama la separación del clero y el Estado. "Trabajo puriempleado día y noche y ellos me prometen el paraíso... en la otra via", bromea.
La república es dirigida por el presidente liberal y reformista Mohammed Jatami, cuyo retrato adorna junto a Jomeini y Jamenei la pared de todos los ultramarinos de Teherán, Shiraz o Tabriz. Es la esperanza de muchos jóvenes. Tiene cara de tipo simpático. Tras tres años, Jatami sigue sin poder aplicar sus promesas de libertad dentro de su idea de democracia religiosa. La semana pasada presentó su plan para aumentar sus poderes ejecutivos en un pulso con el Consejo de Guardianes de la Revolución, su rival político. "El clero tiene atado de pies y manos la presidente Jatamí", lamenta A., un profesor de gimnasia, que rompe su silencio en la cumbre del Sabalán, un volcán sagrado de la región azerbayana de Irán, meta de peregrinos musulmanes que, a 4.800 metros de altitud, se sienten más cerca de lo espiritual. El padre de A. fue muhla en tiempos del Sha pero, tras la revolución, abandonó desencantado el oficio religioso. "Aún así, las cosas han mejorado en veinte años", admite Amir. La autosatisfación con que los líderes religiosos caminan por las calles de Tabriz o Shiraz revela que son los únicos contentos en este país. El resto protesta por llenar el depósito del Paykans -marca nacional similar al Seat 132-, modelo del que circulan dos millones de unidades en Teherán, sale cada día más caro. Cada vez se ven más niños vendiendo chicles de plátano en las gasolineras donde un litro ya cuesta 500 riales (0,1 euros).
Lo que el visitante se encuentra es una población refinada y amable, que juega al ajedrez en los parques y que elogia a Raúl del Real Madrid, equipo al que siguen por el canal público que emite fútbol las 24 horas. Y el cine iraní, tan aburrido como el francés, sigue la normativa Dogma europea. El último estreno en Teherán aborda la historia de una agente cubierta con el obligado pañuelo que libera a punta de pistola un avión secuestrado. En un autobús regular - previamente bendecido por un santero antes de iniciar el viaje- los viajeros con insomnio puede seguir en la pantalla de vídeo un interesante filme sobre el juicio a una esposa acusada falsamente de adulterio. Sale inocente pero el amante la rechaza. En otra película, un hippy abandona la caótica Teherán e inicia una nueva vida en un rancho donde conoce a su futura esposa. Más propio del cine de acción de Hollywood que de la imagen de fanatismo que aparece por televisión [occidental].
El nivel de vida es superior a Marruecos y cercano a Turquía. El modelo de los ciudadanos es Europa o los ricos Emiratos Arabes Unidos. Quizás, el delito del régimen de los ayatolás fue nacionalizar la industria petrolera tras la revolución de 1979 que derrocó al Sha. Ha crecido una generación, marcada por 10 años de guerra con Irak, y el consejo de los muhlas, apoyado por la clase media del bazar, accede a lentos cambios. El país del chador y las alfombras podría pasar por una granja de los Amish: sin drogas, sin alcohol, ni juego, música o pornografía. La población hace vida familiar, conduce su destartalado Paykans, gusta de hacer picnic en las medianeras de las autovías y, además del té rojo con cardamomo, bebe Coca-Cola original y Pipi Zam Zam, un sucedáneo de Pepsi. Uno tiene la sensación de haber regresado a la España de mantón y peineta de 1959.
"El poder de la mujer iraní es tal que si se pusieran de acuerdo un día, todas se quitarían el chador", dice una estudiante de Medicina de Ispahán. ¿Y por qué no lo hacen? De momento, estas suben resignadas a la parte posterior del bus, reservada para las mujeres. Mejor, la zona masculina va más atestada que una lata de sardinas. Otras conducen su Renault 5, acuden solas a las teterías a fumar en el narguile, oyen música en directo en locales de moda o incluso se citan con chicos. Incluso las parejas demuestran en público más afecto que en una céntrica calle centroeuropea, e incluso se ve algún beso en la mejilla.
A. debe ser el chófer más prudente de Irán, un país donde los conductores y peatones ignoran las normas de tráfico. Circulan en sentido contrario para adelantar, los camiones rebasan a los turismos, los motoristas sin casco hacen giros inesperados y los peatones cruzan tan campantes las vallas de las autovías o se ponen a comer en la medianera. Y esto no ocurre solo en el caótico Teherán sino en el pueblo más remoto de la desértica Yadz o de Tabriz. Al volante, los iraníes se sienten libres... bajo la mirada omnipresente del imán Jomeini.
El mensaje de la población sobre la división de poderes no parece haber calado en un comité clerical, anclado en la ciudad santa de Quom, que el pasado mes cerró varios periódicos con una ley que el Sha aplicaba al gamberrismo.
El turista que sale del país tiene la sensación de que cualquier día la población va a estallar.

SOCIEDAD EN EBULLICIÓN
Una jaula de oroUn vendedor de pipas sonríe a los turistas. Mucha gente de la clase media apoyó la revolución y ahora teme que el turismo se hunda si Estados Unidos ataca a Irak. Un vendedor resume así la belleza de la ciudad de palacios y puentes de Ispahán: "El país ha mejorado, pero vivimos en una jaula de oro".
Música occidentalLa música - salvo la tradicional- se echa de menos en Irán pero los éxitos disco de Gloria Steffan o Mariah Carey circulan clandestinamente de mano en mano. Y el descaro es tal que las tiendas de electrónica de Teherán o Tabriz ofertan n combo de CD o DVD, eso sí, a precios de importación.
ProhibicionesLa religión lo regula todo salvo el tráfico. Eso no impide que algunos ciudadanos de Ispahán ignoren a las autoridades y echen una partidita de cartas mientras hacen picnic en la plaza de la Revolución. Menos suerte han tenido otra pandilla de adolescentes, cacheados a la orilla del río por dos agentes.
El ajedrez estuvo poscrito hasta hace cinco años y ahora los parques de Teherán están repletos de jugadores.
Cambios evidentesLos cambios se aprecian al margen de la vida oficial. En las ruinas de Persépolis, las hijas de unos emigrantes en Berlín se cubren a regañadientes con un pañuelo verde marujita. Como el calor asfixia, una de ellas se desabrocha la gabardina y deja entrever un top. Nada que ver con el riguroso chador. En la imagen, en Ispahán, hombres y mujeres comparten su ocio.
La revolución femeninaLa mujer protagoniza poco a poco su revolución. Sólo las mujeres mayores miran con temor a los extraños, las jóvenes tienen curiosidad por los visitantes y toman la iniciativa. Según el Iran Daily, "además de cumplir con sus deberes de madres y esposas, las mujeres iraníes son activas en educación, industria, artes y ciencias".

"Bam, un oasis en medio del desierto" (2003)

Bam, un oasis en medio del desierto


Publicado en La Voz de Galicia el 27 de diciembre del 2003

Sección internacional

Autor: E.V.Pita

El guía iraní de la Lonely Planet esperaba a los turistas indecisos junto al portón de madera y les "vendía" que Bam era la ciudad más antigua del mundo. Aunque ese honor correspondía a su vecina Yadz, la patria del filósofo Zoroastro, en cuyo templo aún arde la llama eterna. Así lo pude comprobar en un viaje reciente.
Aventureros australianos, estudiantes alemanes , turistas paquistaníes o jubilados ingleses comprendían que Bam, a la vera de un oasis, era el único lugar civilizado en el desierto de Kerman.

Atardecer
Y valía la pena llegar allí para presenciar el romántico atardecer que se divisaba desde la torre del fortín. Estas casas de adobe, que los arqueólogos restauraban con esmero, recordaban a las kasbas.
Pero las viviendas con cúpulas de barro de Bam eran especiales por el ingenio de sus antiguos constructores. El suelo del gimnasio disponía de varias capas de ceniza y grava que servían de aislante y las casas contaban con altas chimeneas para que hiciesen circular las corrientes de aire y ventilasen el interior.