sábado, 13 de septiembre de 2014

Conexión de la isla de Arán y castro de San Millán (2014)

By E.V.Pita - Interrail Global 10 days chronicle of a journey / Por E.V.Pita - Interrail Global crónica de un viaje de 10 días
Stones sticked in the floor to injuries the horses of the enemies in the celtic fortress of island of Aran / Piedras clavadas en el suelo para herir a los caballos de los enemigos del castro de la isla de Arán / Sistema de pedras fincadas do castro da illa de Arán


Publicado en La Voz de Galicia / Viernes, 5 de septiembre del 2014

Conexión isla de Arán-San Millán

La fortaleza irlandesa Dùn Aonghasa tenía defensas similares al castro ourensano


La espectacular fortaleza prehistórica de Dùn Aonghasa, azotada por el viento al borde de un acantilado en la isla de Arán, al oeste de Irlanda, guarda semejanzas con el castro de San Millán, cerca de Verín, declarado Bien de Interés Cultural. ¿En qué se parecen los dos fortines atlánticos que coexistieron en la Edad de Hierro? La semejanza clave es el sistema defensivo situado en el exterior de las murallas. Los constructores de ambos recintos sembraron el campo de las llamadas pedras fincadas, unas piedras con aristas recortadas y clavadas en el suelo. Eran letales cuando sus enemigos lanzaban un ataque de caballería
contra una fortaleza porque las monturas rompían las patas. En Galicia apenas se usó.
El castro de San Millán, en Cualedro, es uno de los pocos ejemplos de la cultura castrexa que cuenta con estas defensas para sus murallas, aunque a escasos kilómetros, en el norte de Portugal, los flancos más abiertos del fortín de Carvalhelhos también estuvieron protegidos con la mortífera línea. San Millán,
conocido como la Cidá do Castro, destaca por su gruesa muralla y algunos lo comparan por su diseño con el castro de Elviña, en A Coruña.
Lo curioso es que el museo irlandés del Dun Aengus (en inglés), cercano a Galway, ignora esta conexión con los castros galaicos. Según explica un panel divulgativo, la difusión de la cultura de las piedras hincadas se reduce a la franja oeste del Atlántico. En un mapa ladeado 45 grados, los expertos irlandeses muestran cómo las fortalezas con pedras fincadas se extienden desde Irlanda hacia abajo, hasta la costa francesa
y la meseta castellana. En concreto, citan al yacimiento de Yecla, en Salamanca, ocupado por los vetones, como el último reducto donde se encontraron estas peculiares defensas.
Una visita a la isla de Arán, que está blindada con otros tres fortines circulares de la Edad de Hierro, nos revela más semejanzas con Galicia costera. Uno de ellos tenía dentro las típicas pallozas redondas. Y las leiras cercanas a las playas están protegidas con muros de piedra que recuerdan a los que cercenan en
parcelas las colinas del santuario de A Nosa Señora de A Barca, en Muxía. Y la última conexión: un viejo chófer aranés cree reconocer en su idioma la palabra Crunia o Clunia, el antiguo topónimo de A Coruña. «Sí, es gran familia, clan». A otro vecino le suena más a cruinni (reunión).

Link original y actualizado en: http://reportajesdeevazquezpita.blogspot.com/2014/09/conexion-de-la-isla-de-aran-y-castro-de.html

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