Arqueología e historia

Bam, un oasis en medio del desierto


Publicado en La Voz de Galicia el 27 de diciembre del 2003

Sección internacional

Autor: E.V.Pita

El guía iraní de la Lonely Planet esperaba a los turistas indecisos junto al portón de madera y les "vendía" que Bam era la ciudad más antigua del mundo. Aunque ese honor correspondía a su vecina Yadz, la patria del filósofo Zoroastro, en cuyo templo aún arde la llama eterna. Así lo pude comprobar en un viaje reciente.
Aventureros australianos, estudiantes alemanes , turistas paquistaníes o jubilados ingleses comprendían que Bam, a la vera de un oasis, era el único lugar civilizado en el desierto de Kerman.

Atardecer
Y valía la pena llegar allí para presenciar el romántico atardecer que se divisaba desde la torre del fortín. Estas casas de adobe, que los arqueólogos restauraban con esmero, recordaban a las kasbas.
Pero las viviendas con cúpulas de barro de Bam eran especiales por el ingenio de sus antiguos constructores. El suelo del gimnasio disponía de varias capas de ceniza y grava que servían de aislante y las casas contaban con altas chimeneas para que hiciesen circular las corrientes de aire y ventilasen el interior.
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Publicado en La Voz de Galicia, 14 de mayo del 2004


El caballo de Troya no existió


Fugas realiza un recorrido a través de los datos que los historiadores tienen de la mítica ciudad

E. VÁZQUEZ PITA

La película de estreno Troya se recrea en el asalto a la ciudad con una trampa de madera inspirada a Ulises por Palas Atenea. En realidad, la Ilíada no menciona el caballo de Troya. El texto atribuido al poeta Homero, si es que éste existió, ni siquiera llega a narrar la toma de la ciudad, ya que concluye con los funerales de Héctor. El mismo fi lme describe a Aquiles como «una máquina de matar» mientras que el personaje interpretado por Brat Pitt acaba como un guerrero enamorado y razonable. Estas son dos de las muchas licencias de la película, según indicó el profesor de Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, Fernando Quesada, quien tuvo acceso a un visionado previo. «Este filme es un combinado de varios poemas épicos griegos y de la Eneida de Virgilio, que abarcan mucho más que la Iliada propiamente dicha», afirma Quesada.

¿Equino o máquina?
El catedrático de Griego de la Universidad de Santiago, Juan José Moralejo, confirma que dicho texto se limita a narrar 51 días en el décimo año de la guerra de Troya, la cólera de Aquiles y la lucha con Héctor. De la destrucción de la ciudad, nada de nada. El equino de madera, gracias al cual se infi ltraron los guerreros micénicos en la ciudad, sí fi gura descrito en el libro VIII de la Odisea, cuando Ulises llega a la corte del rey de los serafios y rememora la caída de la ciudad. «No quisiera fastidiar a Homero pero el caballo de Troya parece ser un mero recuerdo de una máquina de guerra que se utilizó en una ciudad asediada», dice Moralejo.
Para el profesor gallego, el caballo abandonado en la playa como un regalo a los troyanos no tiene sentido. «En cambio, parece creíble que fuese una ofrenda a Poseidón, el dios del mar, que tiene una presencia muy activa en tierra y, además, el caballo es su animal emblemático», dice. «Esta película abunda en anacronismos e incoherencias pero se lo perdono porque ya aparecen en Homero,quien refundió una tradición plural y colectiva», dice el profesor de la Universidad de Compostela. Y es que la Ilíada y la Odisea son el producto de una tradición oral que se transmitió de generación en generación durante 500 años,hasta que Homero la puso por escrito sobre el año 750 a. C.
¿Guerra mítica o real?
El arqueólogo afi cionado Schliemann descubrió en 1870 las ruinas de Troya, también llamada Ilión, en la colina de la ladera septentrional de la colina de Hisarlik, tal y donde la situó Homero. Estaba en una llanura del río Escamandro al otro lado del Helesponto, ahora denominada península de Gallipolli,en la actual Turquía. Estaría mucho más cerca del mar que en la actualidad.
Ciento treinta años después,la Troya turca es la meca de la arqueología: allí pululan desde equipos de investigación a estudiantes que viajan en plan mochilero hasta allí en tren con Interrail. Los investigadores han localizado nueve aldeas superpuestas, no más grandes que dos campos de fútbol. Nada que ver con las imponentes murallas descritas en los textos homéricos.
La novena villa sería la más reciente, de época romana,mientras que la sexta (Troya VI) y séptima (Troya VIIa) corresponderían al año 1.200 a. C., fecha en que se data la guerra entre la federación micénica y los troyanos. Los investigadores que actualmente excavan en la ciudad, dirigidos por el alemán Manfred Korfmann, sostienen que los restos hallados corresponden a una acrópolis y que la ciudad baja propiamente dicha, abarcaría una superfi cie mucho mayor, superior a las veinte hectáreas, «La película recoge esto bien», afi rma Quesada.
Para el profesor de la Autónoma, la Troya más espectacular es la VI, quizá mejor que la VIIa. Ambas sufrieron una destrucción por incendio, ya sea por terremoto o por la acción humana. «Es una realidad histórica que coincide con los poemas homéricos, pues estas ruinas fueron tomadas e incendiadas.
En la Ilíada o la Odisea hay un fondo histórico, pero siempre desfigurado porque es poesía», dice Moralejo.
¿Existió Agamenón?
Schliemann descubrió en Micenas un cementerio con 16 máscaras de oro que atribuyó al rey Agamenón. Pero los estudios modernos datan las tumbas en el año 1.600 a. C., cuatro siglos antes de la guerra. «Los esqueletos no tienen nada que ver con Agamenón», dice Quesada.
Tampoco hay referencias documentales a ninguno de los héroes homéricos. La descripción en la Ilíada de las armas, pese a corresponder a distintos siglos, da credibilidad a la historia.
Coexisten objetos arcaicos y más modernos porque los poetas cantaban la Ilíada en versos a los nobles, quienes querían identificarse con los héroes, por lo que los literatos desecharon armas arcaicas que su audiencia no entendía.
Quesada cree posible que la guerra tuviese su origen en una disputa por una mujer. «Para los micénicos cualquier afrenta al honor desataba respuestas violentísimas». Pero también es cierto que Troya era un puerto estratégico, llave del paso entre Europa y Asia.
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Publicado en La Voz de Galicia el 7 de enero del 2005


FUGAS, VIAJA A LAS RUíNAS DEL IMPERIO DE ALEJANDRO


Arde Persépolis


Alejandro Magno, durante una borrachera, prendió fuego al palacio de Darío. Sus ruinas se pueden visitar en Irán, a dos horas de Shiraz

E. VÁZQUEZ PITA

 La villa de verano de Persépolis era la sede del Imperio Persa —el mayor enemigo de Grecia — y capital del mundo en el siglo IV antes de Cristo. Una gloria que apenas perduró dos siglos. Los reyes aqueménidas, como Darío I o Jerjes, recibían en el lujosa palacio, protegidos con parasoles, a las embajadas de todos los pueblos conocidos. En los relieves de las paredes aparece representada una comitiva china que cargaba presentes en sus balanzas, súbditos egipcios que portaban sacos de grano, africanos con ganado, judíos, medas, griegos o hindús. Algún guía local menciona incluso a los celtas.

A este edifi cio imperial, situado en la desértica y soleada meseta de Marv Dasht, en medio de Irán, llegó en el año 331 AC el ejército de Alejandro Magno, que perseguía al rey Darío III.

Cuenta Mary Renault que el joven macedonio permitió que, durante un único día, sus tropas saqueasen el palacio, a condición de respetar las joyas que luciesen las mujeres de los vencidos.

Los soldados, ávidos de botín, perpetraron una carnicería, que su líder no pudo impedir. Sólo hubo un gesto de clemencia hacia el tesorero, que fue elevado al rango de gobernador por haber preservado intacto en sus cámaras el tesoro de palacio. Fueron días de gloria y festejos en los altos salones del edifi cio real. Hasta que el discípulo del filósofo Aristóteles cometió el mayor error de su meteórica carrera.

Alejandro Magno se había forjado una cuidada imagen de conquistador benévolo, algo atípico en las batallas de la época. Sus actos de generosidad y piedad le hicieron ganar una excelente publicidad, incluso entre sus enemigos.

Pero, como lamentaba el general Tolomeo en su vejez, toda la buena fama del joven macedonio se echó a perder en un solo día. Los historiadores antiguos culpan a Tais, la amante del brazo derecho de Alejandro. Ésta, en una de las fi estas regadas con alcohol, izó una antorcha y animó a los griegos a vengar el ataque persa a Atenas años atrás.

Alejandro, cuando estuvo más sobrio, se arrepintió de participar en la orgía de destrucción pero ya era tarde. Las tropas interpretaron el incendio como la señal de regresar a sus casas cargados con el botín. Pero Alejandro era ambicioso. Las falanges macedonias desfi laron hacia la India. Atrás quedó el derruido palacio, orgullo de Ciro el Grande, con sus tesoros cubiertos de brasas y barridos por la arena.

Dos mil años después, Persépolis vuelve a ser la estrella de Irán. Jóvenes emigrantes en Alemania, escolares o turistas occidentales recorren las salas de grandes columnatas. El fuego quemó la madera pero la capa de ceniza protegió las ruinas de la erosión. Sus bloques de piedra conservan marcas negras del incendio. Desde la urbe moderna de Shiraz parten autobuses turísticos con guías que recorren en dos horas el trayecto hasta Persépolis.
La ruta atraviesa una refi nería y pueblos castigados por el sol. Cerca del palacio y de las tumbas reales se ven prados con ovejas y un bosque.
Los visitantes siguen el recorrido de las embajadas antiguas. Suben la doble escalinata de la muralla, cuyos posamanos piramidales simbolizan los cuatro elementos: tierra, aire, fuego y agua. Luego, aguardan en una antesala,llamada el Pabellón de las Naciones, sostenida por cuatro colosales rostros humanos con barba, alas de águila y cuerpo de león, que simbolizaban las cualidades del buen gobernante:sabiduría, agilidad y valor. Pasado un tiempo, los embajadores eran conducidos al salón de Jerjes. El diámetro del gozne de las puertas medía medio metro por lo que se calcula que la estancia tenía diez metros de altura.
Irónicamente, la tropelía de Alejandro preservó el monumento.

Las excursiones escolares visitan el acantilado frente a Persépolis donde fueron enterrados los reyes partos o sasánidas que derrotaron a varios emperadores romanos en los primeros siglos de esta era.

 El palacio de Persépolis conserva la decoración original con relieves de los ejércitos persas, así como de comerciantes chinos, egipcios o africanos que enviaban embajadas y regalos al rey.

 Las esculturas de caballos o los leones alados con rostro humano representaban el valor y la inteligencia.

Los restos de ceniza en una talla de un gigantesco león dan idea del incendio que devastó el salón de Jerjes.

¿CÓMO LLEGAR?
Volar a Teherán. Desde Madrid parten vuelos directos a la capital iraní con la compañía Iran Air.

Visados. Irán exige un visado para entrar en el país y la reserva previa en un hotel o una carta de invitación de un residente.

Base en Shiraz. Los vuelos internos entre Teherán y Shiraz son muy baratos. La ciudad dispone de hoteles de cuatro estrellas a un precio módico.

Autobuses y guías a Persépolis.

Varias agencias brindan servicios regulares de bus, con guía, desde Shiraz hasta las ruinas de la ciudadela persa.

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Publicado el 21/01/2007
La Voz de Galicia
texto E. VÁZQUEZ PITA

Mayas: lo que Mel Gibson no cuenta


La película «Apocalypto» relata el brusco colapso de las ciudades precolombinas. Hay una larga lista de pueblos desaparecidos: los vikingos que navegaron por América, los granjeros de Groenlandia o los constructores de rostros de piedra de la isla de Pascua


E l autor Jared Diamond, en su libro Colapso , estudia la brusca decadencia de las monumentales ciudades mayas, construidas por vanidosos ingenieros y ahora cubiertas de maleza en la selva de Guatemala y México. Un misterio que no deja de intrigar a los arqueólogos. Esta cultura precolombina sobrevivió hasta nuestros días transmitida de boca en boca por los lugareños de Centro América, pese a que se perdieron muchos conocimientos matemáticos y los conquistadores españoles se encargaron de quemar los documentos escritos que podían aportar pistas. ¿A qué viene tanto interés por las ruinas mayas? El escritor se pregunta si, algún día lejano, los imponentes rascacielos de Nueva York seguirán la misma suerte. Nadie toma en serio esta apocalíptica visión del colapso de la civilización industrial, pero los científicos creen que, por si acaso, no estaría de más descubrir los fatales errores que arruinaron sociedades avanzadas y prósperas como los griegos de Miocenas, los cretenses, o los pueblos del Gran Zimbabue o del valle del Indo. Muchas de las sociedades estudiadas por Diamond murieron de éxito cuando estaban en la cumbre de su poder. El diagnóstico: perpetraron un ecocidio. El ejemplo más palpable es la isla de Pascua. Sus habitantes levantaron magnificas cabezas de piedra, pero para ello cometieron un grave error estratégico: talaron sus bosques. El hambre les obligó a huir de la isla pero... ya no quedaba madera para construir canoas. Las guerras entre ellos no dejaron supervivientes. Algo parecido pasó con las tribus anasazi del suroeste de Estados Unidos, desaparecidas tras desforestar su particular jardín del edén. En Australia se extinguieron varias especies hace 50.000 años, justo cuando llegó el ser humano. Lo mismo ocurrió en Nueva Zelanda, tras arribar los maoríes.

Aprender la lección de la Historia serviría para evitar otro colapso. Un ejemplo son los agricultores de Islandia, quienes se dieron cuenta a tiempo de la tala excesiva de sus bosques; de ser los europeos más pobres pasaron a gozar de la mayor renta per cápita del mundo. Otro enigma es la caída del Imperio romano: ¿fueron las hordas de invasores bárbaros o la crisis económica? La decadencia del Imperio español también intriga a los historiadores. Las últimas teorías sostienen que construir colonias en el Nuevo Mundo y defenderlas tres siglos agotó todo el oro de los galeones y supuso un gran sacrificio económico y demográfico para un reino pobre como Castilla, incapaz de competir con el textil más barato de Inglaterra y Holanda. Al Imperio británico también le llegó su hora.

El historiador Eric Hobsbawn cree que Gran Bretaña no aprovechó su ventaja tecnológica (el ferrocarril) y quedó obsoleta ante la inventiva de Estados Unidos. ¿O qué decir de la inesperada disolución de la Unión Soviética? Ejemplos de colapsos modernos son Somalia o Ruanda. Algunos se preguntan si China o la India desbancarán económicamente a Europa y Norteamérica, que deslocalizaron sus fábricas. Diamond ve un nexo común entre la civilización maya y otros pueblos en ruinas: su crecimiento exponencial agotó los recursos, desforestaron su hábitat, arruinaron el suelo fértil, se quedaron sin agua, sobreexplotaron la caza y la pesca, introdujeron especies nuevas y, gracias a ello, el crecimiento demográfico se disparó. La peste o la guerra provocaron un shock y los supervivientes mayas fueron incapaces de volver a poner en marcha los canales de riego.

El antropólogo Marvin Harris, en su libro Caníbales y reyes , fue de los primeros que sospecharon que la disminución del volumen de agua de los manantiales volvió inhabitable Teotihuacán en el año 700. Tampoco había animales domésticos para alimentar a los agricultores. La urbe fue absorbida por sus vecinos, que idearon los jardines flotantes de lodo, más productivos. En el año 1200, vivían a orillas del lago de Tenochtitlán dos millones de aztecas. La nobleza se permitía el lujo de comer carne... aunque era la de sus prisioneros. Otras causas de la desaparición de civilizaciones son el cambio climático, la presencia de vecinos hostiles o la dependencia de un producto como el petróleo.

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Publicado el 21 de septiembre del 2012

ISLAS CÍCLADAS

Santorini, la isla del Egeo que vive peligrosamente sobre el volcán


Los pueblos del extremo sur de las Cícladas viven bajo la amenaza latente de un volcán sumergido que crece 14 centímetros al año

UN CRÁTER EN EL EGEO. La puerta de una casa deja ver, en el horizonte, una isla volcánica que permanece activa desde 1950. Esto no ha espantado a los turistas, que conviven con los paisanos e incluso se bañan en las aguas ricas en minerales sulfurosos del volcán que emergen del mar

E. V. PITA

 Los griegos antiguos hablaron de una avanzada civilización llamada La Atlántida que desapareció tragada por las aguas. Algunos la situaron en Canarias, pero cuando el visitante se aproxima navegando a la isla griega de Santorini se siente inquieto y desasosegado, y presiente admirado que acaba de adentrarse en la patria de los atlantes. Y en la ladera norte, originariamente Thera, los arqueólogos hallaron ruinas de un poblado minoico. Está probado que hace 3.600 años una brutal explosión del cráter causó un maremoto.
Sobre el horizonte del mar Egeo asoma una muralla de tierra que se abre de cuajo partida por dos altos acantilados tipo El señor de los anillos, que dan paso a una laguna interior rodeada de montañas de 300 metros de altura. En medio sobresale una isla, con piedra de lava solidifi cada entre la que escapan fumarolas. El olor a azufre y sulfuros fl ota en el aire. Si el forastero mira hacia la cima de los acantilados,atisbará pueblos blancos de cúpulas azules.
Y si posa la vista en la falda se topará con grandes cruceros de lujo que vomitan miles de turistas cada día, a los que suben en mulas a los pueblos para presenciar uno de los atardeceres más bellos del mundo.
Sobre la cima, el turista comprende asombrado el lugar tan peligroso en que ha posado sus pies. Los pueblos se asientan sobre montañas que forman un círculo y este es, ni más ni menos, el borde de la boca del cráter, o lo que es lo mismo,la laguna es una caldera inundada. La ínsula interior se formó con la lava solidificada que arroja un volcán sumergido. Un fenómeno similar al que vivió en el 2011 la isla canaria de El Hierro.
Baños en azufre Una barcaza lleva a los turistas de excursión a la isla volcánica que emergió en 1950.
Ahora, varios movimientos sísmicos han despertado de nuevo el temor. La actividad medida por los científicos revela que otra chimenea emerge de la laguna a razón de 14 centímetros por año y, en los últimos días, dio un aviso.
Pero eso no parece asustar a los turistas, a juzgar por los cientos que se apuntan a diario a conocer esta isla de paisaje lunar y lava negra apilada. Las plantas secas son el único testimonio de vida que queda. Los más atrevidos meten los pies en agujeros, de los que salen fumarolas. Al pasar la mano,se siente el calor que emana de las profundidades. Otras fosas, de acceso prohibido,están cubiertas de un polvo amarillo que delata al azufre. La visita estrella es el baño en las aguas termales,donde recalan veleros y yates. Las rocas teñidas de naranja dan idea de qué tipo de minerales fl otan allí pero los turistas caen en la tentación de darse un chapuzón a 40 grados.

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El teatro romano de Braga refuerza la teoría de que hubo otro en Lugo

La excavación sigue cerrada al público pero podría acoger conciertos



El teatro romano de Bracara Augusta, descubierto en 1999, sigue cerrado al público y con excavaciones a cargo de voluntarios de la Universidad. Sin embargo, los arqueólogos portugueses barajan cada vez más en serio potenciar las gradas como lugar de espectáculos y conciertos.
El teatro del alto da Cividade se halla situado junto a las termas y la palestra donde entrenaban los gladiadores, que sí están abiertas al público. Su hallazgo eleva las probabilidades de que Lugo, la antigua Lucus Augusti, también albergue otro similar en su subsuelo. Lo cierto es que ciudades de dimensiones medias, como Baelo Claudia, en Cádiz, o el de la antigua Zaragoza, tienen uno y Bracara y Lucus tienen un tamaño similar, lo mismo que Asturica Augusta (Astorga). Eran las tres principales capitales del Noroeste del Imperio Romano y estaban comunicadas entre sí por una red de calzadas.
Hasta 1999, no habían aparecido estructuras de este tipo en el Noroeste de la península que en época romana era conocida como Hispania. Hace 13 años, fue descubierta la estructura del teatro bracarense que conserva parte de los vomitorios, las gradas (parte sigue enterrada) y las columnas de los escenarios. El resto ha desaparecido, probablemente como material para construir las murallas, de las que solo queda un tramo, o edificios posteriores.
Desde el 2008, las excavaciones del teatro están estancadas en torno a lo que era el escenario, del que solo quedan restos de columnas en el suelo. Sus dimensiones oscilan entre los 69 y 80 metros, y se hallaba cerca del foro de la ciudad romana. En las catas, han aparecido máscaras de actores. Si en Lugo apareciese material similar, daría pistas sobre la ubicación del teatro, que todavía es un enigma. Algunos arquitectos lo sitúan bajo la Plaza Mayor lucense por referencias antiguas y creen que podría haber un anfiteatro enterrado fuera de las murallas. Hay que tener en cuanta que los romanos levantaban ciudades con un plano similar y las mismas dotaciones.
Mientras el hallazgo del teatro lucense sigue a la espera, en Braga ya se plantean sacarle rendimiento cultural. Aunque el acceso está cerrado al público y no figura en los folletos turísticos, los visitantes de las termas pueden obtener desde la palestra una vista panorámica.

Años de abandono
Tras años de denuncias por el abandono de estas ruinas de Braga por falta de presupuesto para la excavación, han surgido propuestas para revalorizar el yacimiento como escenario de conciertos de pequeña dimensión para unos 500 espectadores. Un programa de intervención arqueológica propone dotarlas de un pequeño museo, baños y una taquilla. Braga, según algunos arquitectos gallegos, incluso podría albergar un anfiteatro pero probarlo requeriría fuertes inversiones para excavar un solar en el entorno A Carvalleira. Mientras Braga avanza en su proyecto de convertir su teatro en un émulo del de Mérida, mejor conservado, en Lugo todavía no hay noticias de un esfuerzo similar para localizar unas ruinas que podrían disparar el valor turístico de sus murallas, ya declaradas Patrimonio de la Humanidad, y sumar uno de los grandes a la lista de monumentos romanos en Galicia, encabezados por el faro de Brigantium, que aún funciona.
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SUPLEMENTO CULTURAS / LA VOZ DE GALICIA

SÁBADO,16 DE NOVIEMBRE DEL 2013

Stonehenge se moderniza


LAS OBRAS VAN LENTAS PERO YA SE VE EL ESQUELETO DEL FUTURO CENTRO DE INTERPRETACIÓN DEL SANTUARIO MEGALÍTICO MÁS FAMOSO DEL MUNDO, UN MUSEO QUE DOMBATE YA TIENE


Trip around Britain in 15 journeys by coach / By E.V.Pita / Viaje por Inglaterra en 15 días, Autor: E.V.Pita (2014)


Autor: E.V.Pita

El autobús de Londres sale de la autovía hacia Salisbury y, de repente, un montículo en medio de la nada irrumpe en el paisaje. Es claramente obra humana, una tumba megalítica que lleva ahí 5.000 años. Al entrar en Salisbury,el viajero distingue en el horizonte otro monte artificial, esta vez gigantesco y dotado de foso circular. Es Old Sarum,una antigua fortaleza de la Edad de Hierro que recuerda las películas de Conan el Bárbaro o El Señor de los Anillos. Pero la estrella está a 17 kilómetros de Salisbury, donde sobresale un cromlech sobre una colina que domina la llanura. Es el círculo de piedras azules de Stonehenge.
El misterio sigue vivo, nadie sabe si fue un observatorio astronómico,un santuario para hacer fiestas en el solsticio de verano, para rezar por una cosecha exitosa o un lugar medicinalcon cementerio. Los antiguos eran tan ingeniosos que labraron agujeros en las losas de los dinteles para que encajasen con los salientes de los pilares. Ahora, se posan allí los cuervos. Lo curioso es que el yacimiento de Stonehenge, que es Patrimonio de la Humanidad, dispone de una amplia tienda de souvenirs pero carece de museo.
Los últimos hallazgos justifican la apertura de un centro de interpretación en Stonehenge.
Hace 15 años no estaba excavado el foso circular (similar al de Dombate) que rodea el monumento. Entonces, los visitantes casi tocaban los pilares un día de lluvia y niebla. Hay más novedades,como el rastro de una pasarela de madera que conduce al templo. El cementerio no es visible pero, en realidad, la llanura está salteada de túmulos.
La situación cambiará porque el santuario se ha sumado a la modernización que siguió Dombate.
Pero no hasta el punto de cubrir la tumba. El más famoso doble círculo pétreo del mundo contará con un enorme centro de interpretación que se construye en la entrada al recinto. Las obras llevan retraso pero ya se ve el esqueleto y la cubierta. Prueba de la necesidad de un museo son las grandes preguntas que genera. ¿Cómo movieron los bloques de arenisca desde las montañas Preseli de Gales, a 400 kilómetros, frente
a Irlanda? Quien haya visitado el museo del dolmen de Dombate podrá imaginarse la longitud de tales piedras y responder a otra cuestión: ¿Cómo es posible que los bloques de Stonehenge sigan de pie 4.500 años después pese al viento o la acción humana?
La mámoa gallega da una rápida respuesta arquitectónica al secreto que oculta el milenario monumento inglés bajo su suelo. De Salisbury salen buses cada hora. La visita a Stonehenge consiste en rodear el foso y las piedras, separadas por una cuerda. Es fácil comprobar por la sombra y la posición del sol si el atardecer se alinea con los arcos del círculo. Una frase de la autoguía da más pistas: ¿hubo 12 arcos, como las constelaciones?
Cada hora pasan unos 300 turistas llegados de Londres, unos pegados al móvil y otros a la autoguía antes de seguir viaje al balneario de Bath. Y frikis de la edad de las cavernas se ponen a tocar el cuerno. Estas planicies aún guardan más secretos. A 40 minutos en bus de Salisbury, hay un círculo de 50 a 100 menhires (uno por semana) enclavados en medio del pueblo de Avebury. Allí quizás observaron las fases de la luna hace 5.000 años.

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Título original: "El fuerte romano de Vigo"
Publicado en La Voz de Galicia, edición Vigo.
5 de septiembre de 2013

Autor: E.V.Pita

Link al texto original: 

"La muralla de Adriano y los fuertes romanos"

Trip around Britain in 15 journeys by coach / By E.V.Pita / Viaje por Inglaterra en 15 días, Autor: E.V.Pita (2014)
La muralla de Adriano estuvo en la periferia de la periferia del Imperio Romano. Un largo muro separó a Britania (ahora Inglaterra) de los bárbaros (Escocia) y, en sus colinas, los romanos levantaron fuertes dotados de termas, barracones y hórreos. A su alrededor crecieron como setas los vicus o villas, donde vivían los comerciantes. Donde hay un fuerte, siempre aparece un vicus. No es extraño que la imaginación se dispare y uno fantasee con la idea de que Vigo (Vicus para unos, Burbida para otros) pudo tener un fuerte romano que vigilase el puerto desde una colina.
Para visitar las fortalezas y aldeas de la Muralla de Adriano, cualquier turista puede llegar al pueblo de Hexham y tomar cada hora un bus circular que para en una decena de fortines como Vindolandia, aún en excavación. Todos están musealizados, con efectos especiales multimedia. La misma fórmula de bus temático funciona con las milenarias piedras del archifamoso santuario de Stonehenge, más al sur.
La idea sería poner algo así en Vigo para que los turistas lo tengan fácil para visitar de un tirón un circuito de diez yacimientos del área como el poblado de O Castro, las salinas y la fábrica de salazón de Rosalía de Castro, la villa de Mirambell, el museo de Castrelos, el altar cartaginés del Museo del Mar, los dólmenes de A Madroa, los petroglifos de Campo Lameiro, el castro de Santa Tegra y el altar de O Facho, en Cangas. El bus temático de la arqueología sería un atractivo turístico y la idea se podría aplicar a otro bus especial que pase por las playas. En realidad, ya existe pues la línea C3 para cerca de Arealonga, Punta Lagoa, Bouzas y Samil. Pero al turista vago hay que ponérselo fácil, que vea el cartel «Beach Bus» en letras grandes.


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La Voz de Galicia , suplemento Fugas

15 de noviembre de 2013

Hórreos en tierra de los pictos


Trip around Britain in 15 journeys by coach / By E.V.Pita / Viaje por Inglaterra en 15 días, Autor: E.V.Pita (2014)



Por E.V.Pita

El reciente álbum de Asterix y los Pictos pone de actualidad la antigua Caledonia, la actual Escocia. Roma separó a esta tribu indomable de bárbaros con una muralla y una red de campamentos, dotados de hórreos, que levantó el emperador Adriano para proteger a la civilizada Britania de las incursiones de los pictos. Era el fin del mundo conocido. Hoy en día, los turistas pueden visitar los restos del muro de Adriano y los campamentos y fortines de sus legiones desde Newcastle, en el norte de Inglaterra, hasta el otro extremo, en Carlisle, a 80 millas. Para almacenar el grano en sus fortalezas y resistir los crudos inviernos, los romanos montaron hórreos de piedra apoyados en pilares y cuyas bases alineadas se conservan en pie. Un ejemplo es el fortín de Housesteads, el más icónico, que además de los hórreos tiene en su museo una losa con la estatua de Marte labrada, que podría ser gemela a la que en su día debió de presidir la Torre de Hércules en A Coruña.
La excursión puede empezar en Newcastle. Buses de línea o un rápido tren acercan al visitante hasta la villa de Hexham, de donde parte un bus circular que para cada hora en cada uno de los yacimientos musealizados de la muralla de Adriano. Muchos senderistas caminan a lo largo del muro, que está señalizado. El paisaje muestra una inmensa llanura dividida por una colina.

Al otro lado, fuera de la muralla de Housesteads, asentada sobre una colina, estaban los campos de los pictos. Dentro, crecían grandes fortalezas como Vindolandia, aún en excavación, y rodeadas de los vicus (aldeas) donde vivían los comerciantes. Un fortín acogía a mil legionarios, que dormían en barracones, y a un oficial que disponía de casa con termas privadas. El modo de vida mediterránea se importaba a la lluviosa Britania. Los hórreos estaban situados en el centro del campamento y elevados sobre el suelo para evitar que entrasen los ratones.
La ruta arranca en la ciudad romana de Corbridge, y sigue por el fuerte de Chester, el parque nacional de Northumberland así como el fuerte de Birdoswald. Hay tramos de muralla en perfecto estado y los museos repartidos por este itinerario, que es Patrimonio de la Humanidad, presentan la vida cotidiana del legionario con sus armas, vestuario y barracones, o restos de termas recreados con efectos multimedia. También hay expuestos objetos de uso diario como lámparas, botellas o juegos de dados. Una visita entera puede ocupar 2 días enteros aunque todos los yacimientos están conectados por un autobús circular. Hay que pagar por entrar en cada recinto. El de Housesteads es el mejor porque se puede hacer senderismo a lo largo de varios kilómetros de muro con vistas a un espectacular paisaje.

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La Voz de Galicia

Viernes, 5 de septiembre del 2014

Conexión isla de Arán-San Millán

La fortaleza irlandesa Dùn Aonghasa tenía defensas similares al castro ourensano


La espectacular fortaleza prehistórica de Dùn Aonghasa, azotada por el viento al borde de un acantilado en la isla de Arán, al oeste de Irlanda, guarda semejanzas con el castro de San Millán, cerca de Verín, declarado Bien de Interés Cultural. ¿En qué se parecen los dos fortines atlánticos que coexistieron en la Edad de Hierro? La semejanza clave es el sistema defensivo situado en el exterior de las murallas. Los constructores de ambos recintos sembraron el campo de las llamadas pedras fincadas, unas piedras con aristas recortadas y clavadas en el suelo. Eran letales cuando sus enemigos lanzaban un ataque de caballería
contra una fortaleza porque las monturas rompían las patas. En Galicia apenas se usó.
El castro de San Millán, en Cualedro, es uno de los pocos ejemplos de la cultura castrexa que cuenta con estas defensas para sus murallas, aunque a escasos kilómetros, en el norte de Portugal, los flancos más abiertos del fortín de Carvalhelhos también estuvieron protegidos con la mortífera línea. San Millán,
conocido como la Cidá do Castro, destaca por su gruesa muralla y algunos lo comparan por su diseño con el castro de Elviña, en A Coruña.
Lo curioso es que el museo irlandés del Dun Aengus (en inglés), cercano a Galway, ignora esta conexión con los castros galaicos. Según explica un panel divulgativo, la difusión de la cultura de las piedras hincadas se reduce a la franja oeste del Atlántico. En un mapa ladeado 45 grados, los expertos irlandeses muestran cómo las fortalezas con pedras fincadas se extienden desde Irlanda hacia abajo, hasta la costa francesa
y la meseta castellana. En concreto, citan al yacimiento de Yecla, en Salamanca, ocupado por los vetones, como el último reducto donde se encontraron estas peculiares defensas.
Una visita a la isla de Arán, que está blindada con otros tres fortines circulares de la Edad de Hierro, nos revela más semejanzas con Galicia costera. Uno de ellos tenía dentro las típicas pallozas redondas. Y las leiras cercanas a las playas están protegidas con muros de piedra que recuerdan a los que cercenan en
parcelas las colinas del santuario de A Nosa Señora de A Barca, en Muxía. Y la última conexión: un viejo chófer aranés cree reconocer en su idioma la palabra Crunia o Clunia, el antiguo topónimo de A Coruña. «Sí, es gran familia, clan». A otro vecino le suena más a cruinni (reunión).

Link original y actualizado en: http://reportajesdeevazquezpita.blogspot.com/2014/09/conexion-de-la-isla-de-aran-y-castro-de.html





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