Publicado en La Voz de Galicia
Suplemento Fugas
Viernes, 8 de noviembre del 2013
Por: E.V.Pita
APUNTES DE VIAJE [ NEPAL ]
Vuelo sobre el Everest (2007)
E. V. PITA | [..] En un viaje a Nepal de hace unos años,tras salir de las calles llenas de miseria de la India, la pobreza seguía presente en las cordilleras nepalís. En su capital, Katmandú, una mujer pedía a los transeúntes dinero para comprarle leche a sus hijos. Una turista no le dio dinero, pero fue a la tienda que había a escasos metros y le compró un litro. Dijo que jamás su conciencia permitiría que un niño se quedase sin leche, fuese verdad o no la historia de la mujer.
Pero en Nepal la pobreza está presente en todos lados y es una forma de vida ante las escaseces de este país aislado entre las cumbres más altas del mundo. Por ejemplo, sherpas con la espalda doblada cargaban hasta dos sofás a sus hombros. La capital estaba repleta de estos formidables porteadores que cargaban pesos increíbles. Por algo, los sherpas fueron los primeros en escalar junto a Edmund Hillary el monte Everest. Para quienes no somos escaladores del nivel de Chus Lago, la mejor forma de rozar la cumbre del Himalaya es pagar 125 dólares. Basta con subir a una avioneta,de esas que pondrían los pelos de punta al mismísimo Indiana Jones.
El vuelo parte de Katmandú y en una hora se avista la cima del Everest, que asoma por encima de nubes tan negras que a uno se le quitan las ganas de intentar escalarlo. Para obtener la mejor foto, el piloto deja que los viajeros entren en su cabina.
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
LA LUCHA CONTRA EL FUEGO
LA VOZ EN EL GERêS
El Gerês, ante un futuro incierto
Los vecinos del parque nacional portugués consiguieron salvar sus casas, pero se enfrentan ahora a una ardua y todavía lejana reforestación de pinos, eucaliptos y especies autóctonas como el carballo
- Autor:
- E. Vázquez Pita
- Fecha de publicación:
- 6/9/2010
Agosto es el mes más cruel, criando lilas de la tierra muerta, mezclando memoria y deseo, removiendo turbias raíces con altas temperaturas. Parafraseando al poeta T.?S.?Eliot, el verano sorprendió a los vecinos del parque nacional de Peneda-Gerês. Esta extensión, que supera los 700 kilómetros cuadrados y que fue abierta en 1971, es ahora tierra baldía.
La entrada al parque por Ponte da Barca, a media hora de Tui, no puede ser más desoladora. Árboles retorcidos por el calor intimidan al visitante mientras algunos operarios con motosierras limpian de matojos las cunetas. Eso no parece echar atrás a dos cicloturistas franceses que siguen la carretera en dirección a la frontera y la villa gallega de Lobios.
El camino hacia el interior del parque depara inmensas panorámicas de los cañones del Limia, cuyas laderas aparecen calcinadas a escasos metros de las casas. Un viejo Renault-4 de color verde sube por la estrecha y serpenteante carretera de Vilarinho de Quartas. El coche y el agua del río Limia son las únicas notas de color verde en un paisaje carbonizado. Aún es pronto para hablar de reforestación con los vecinos, tras quince días de tregua. «No sabemos qué vamos a hacer ahora», comenta un ganadero. Han sido víctimas de una caída de fichas de dominó. El fuego se inició fuera del parque y se extendió sin control. Allí limpian los montes y nadie escatimó medios para apagar los incendios. Llegaron a participar 700 bomberos.
El mayor incendio duró quince días en Terras do Bouro y arrasó Vilarinho das Furnas, Serra Amarela, Lindoso y Mata de Cabril. Ardieron 3.529 hectáreas de carballos, árboles resinosos y matorral. Este siniestro amenazó los alrededores del municipio de Lobios y el parque de O Xurés, una zona de gran valor histórico porque la cruza la antigua calzada romana que unía Astorga con Braga. Los gobernadores de la época inscribieron su nombre en los mojones que numeraban las millas. Los excursionistas pueden, además, recorrer una senda repleta de pozas que permiten bañarse en los riachuelos.
El Instituto da Conservação da Natureza e a Biodiversidade (ICNB) confirma que este fuego comenzó fuera del parque del Gerês, lo mismo que los otros dos mayores incendios de agosto en la zona. Los datos provisionales se basan en las evaluaciones del terreno y de datos cartográficos. En Arcos, Travanca, Mezio y Soajo se perdieron 2.465 hectáreas de foresta, entre ellas pino silvestre autóctono. El fuego duró diez días, y algunos bomberos que intervinieron en la extinción hablan de tres mil hectáreas calcinadas.
Esta zona del río Lima (Limia, en Galicia) está plagada de leyendas. La más conocida habla de una legión romana comandada por Junio Décimo Bruto y que se negó a cruzar el río por miedo a perder la memoria. El general vadeó el caudal a caballo y desde la otra orilla llamó por sus nombres a sus más asustados subordinados. Así pudieron avanzar hacia el fin del mundo.
El tercer incendio de gravedad se situó en Brufe, Calcedonia, Gerez y Vilar de Veiga y duró ocho días. Solo el cuarto fuego, el de Fafiao, con 689 hectáreas quemadas, se inició en el propio parque. Ardieron pinos silvestres y bravos, eucalipto, mimosas y matorral.
De estas áreas arrasadas, el 18% eran de conservación de la naturaleza y el resto estaban destinadas a actividad humana. Al menos, 724 hectáreas quemadas gozaban de protección total, sobre todo en Mata do Cabril. Dañaron tejos y nidos de halcón peregrino. La zona donde había menor actividad humana fue la que sufrió menos daños, aunque lo devastado equivale al 2% del parque.
Todo apunta a que las autoridades ampliarán ahora el número de cortafuegos para frenar el avance de los incendios.
Agosto es el mes más cruel, criando lilas de la tierra muerta, mezclando memoria y deseo, removiendo turbias raíces con altas temperaturas. Parafraseando al poeta T.?S.?Eliot, el verano sorprendió a los vecinos del parque nacional de Peneda-Gerês. Esta extensión, que supera los 700 kilómetros cuadrados y que fue abierta en 1971, es ahora tierra baldía.
La entrada al parque por Ponte da Barca, a media hora de Tui, no puede ser más desoladora. Árboles retorcidos por el calor intimidan al visitante mientras algunos operarios con motosierras limpian de matojos las cunetas. Eso no parece echar atrás a dos cicloturistas franceses que siguen la carretera en dirección a la frontera y la villa gallega de Lobios.
El camino hacia el interior del parque depara inmensas panorámicas de los cañones del Limia, cuyas laderas aparecen calcinadas a escasos metros de las casas. Un viejo Renault-4 de color verde sube por la estrecha y serpenteante carretera de Vilarinho de Quartas. El coche y el agua del río Limia son las únicas notas de color verde en un paisaje carbonizado. Aún es pronto para hablar de reforestación con los vecinos, tras quince días de tregua. «No sabemos qué vamos a hacer ahora», comenta un ganadero. Han sido víctimas de una caída de fichas de dominó. El fuego se inició fuera del parque y se extendió sin control. Allí limpian los montes y nadie escatimó medios para apagar los incendios. Llegaron a participar 700 bomberos.
El mayor incendio duró quince días en Terras do Bouro y arrasó Vilarinho das Furnas, Serra Amarela, Lindoso y Mata de Cabril. Ardieron 3.529 hectáreas de carballos, árboles resinosos y matorral. Este siniestro amenazó los alrededores del municipio de Lobios y el parque de O Xurés, una zona de gran valor histórico porque la cruza la antigua calzada romana que unía Astorga con Braga. Los gobernadores de la época inscribieron su nombre en los mojones que numeraban las millas. Los excursionistas pueden, además, recorrer una senda repleta de pozas que permiten bañarse en los riachuelos.
El Instituto da Conservação da Natureza e a Biodiversidade (ICNB) confirma que este fuego comenzó fuera del parque del Gerês, lo mismo que los otros dos mayores incendios de agosto en la zona. Los datos provisionales se basan en las evaluaciones del terreno y de datos cartográficos. En Arcos, Travanca, Mezio y Soajo se perdieron 2.465 hectáreas de foresta, entre ellas pino silvestre autóctono. El fuego duró diez días, y algunos bomberos que intervinieron en la extinción hablan de tres mil hectáreas calcinadas.
Esta zona del río Lima (Limia, en Galicia) está plagada de leyendas. La más conocida habla de una legión romana comandada por Junio Décimo Bruto y que se negó a cruzar el río por miedo a perder la memoria. El general vadeó el caudal a caballo y desde la otra orilla llamó por sus nombres a sus más asustados subordinados. Así pudieron avanzar hacia el fin del mundo.
El tercer incendio de gravedad se situó en Brufe, Calcedonia, Gerez y Vilar de Veiga y duró ocho días. Solo el cuarto fuego, el de Fafiao, con 689 hectáreas quemadas, se inició en el propio parque. Ardieron pinos silvestres y bravos, eucalipto, mimosas y matorral.
De estas áreas arrasadas, el 18% eran de conservación de la naturaleza y el resto estaban destinadas a actividad humana. Al menos, 724 hectáreas quemadas gozaban de protección total, sobre todo en Mata do Cabril. Dañaron tejos y nidos de halcón peregrino. La zona donde había menor actividad humana fue la que sufrió menos daños, aunque lo devastado equivale al 2% del parque.
Todo apunta a que las autoridades ampliarán ahora el número de cortafuegos para frenar el avance de los incendios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario