jueves, 5 de abril de 2018

El Camino de Santiago: etapa de Arzúa a Pedrouzo

El Camino de Santiago: etapa de Arzúa a Pedrouzo


La peregrinación repuebla aldeas con tiendas, bares, albergues y casas nuevas

Los alojamientos privados con recogida de mochilas restan usuarios a los de la Xunta

Texto: E.V. Pita

Publicado en La Voz de Galicia el 30 de marzo del 2017

Link original en:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/03/30/peregrinacion-repuebla-aldeas-tiendas-bares-albergues-casas-nuevas/0003_201803G30P10991.htm

La sexta etapa del Camino por Santiago arranca en Arzúa a las 8.00 horas. Cae llovizna pero el camino será más relajado, con 20 kilómetros por tramos llanos. La iglesia está abierta y el propio peregrino puede autosellarse la credencial. En la calle, dos señoras mayores y una monja saludan con un «buen camino».

 Un camino complementario por un bosque de robles y eucaliptos evita el paso por carretera. Un grupo de cacereños comenta: «¿Y este eucalipto estaba aquí en el siglo III?». Luego, debaten sobre si Jesús fue el mayor influencer o sobre las letras de los raperos. La senda desemboca en prados reverdecidos por la lluvia y empiezan a verse casas en construcción y hormigoneras. Un obrero informa de que construyen una tienda para peregrinos. A la altura de Taberna Vella se ha creado una aldea internacional. En una orilla vive una señora alemana y, al lado, un gurú llamado Bruno que quiere llevar a cabo un proyecto llamado El Muro de la Sabiduría. Los terceros en asentarse en el lugar son la neoyorquina Vanessa Illanes y el guía catalán Alex Porras, que se ha subido a un abeto para podarlo. Vanessa compró una casa antigua en el 2014 y tardó tres años en lograr la licencia de reforma por estar al lado de la vía jacobea. La comisión de arquitectos de Patrimonio revisó los cambios y le vetó las ventanas porque eran cuadradas y no rectangulares y no estaban hundidas en la pared. «Llevo un año con electricidad solo para las bombillas porque aún no tengo permiso para aumentar la potencia ni calentar el suelo radiante», cuenta.

Unos metros adelante, la nueva autovía de Santiago a Lugo cruza el camino. Por el viaducto pasa un romero francés de 70 años en sentido contrario que va a Lyon.En Boavista también se reforman casas y los bares han instalado terrazas donde los peregrinos estiran las piernas antes de continuar hasta Pedrouzo. Por este tramo, hay túneles vegetales y caminos tan viejos que los muros están cubiertos de turba. Siguen el feísmo rural y las casas abandonadas pero la hiedra se traga las paradas de bus. En los marcos, alguien escribió mensajes de una expedición del 2017 sobre enfermedades raras. Se ven muchas papeleras. Luego, el bosque se divide en dos. En una orilla, crecen altos eucaliptos y en la otra abetos. Parecen paisajes de Australia y la Selva Negra. En la soledad, se oyen graznar cuervos, trinar petirrojos y el ruido de camiones que pasan por una nacional, que se entrecruza con el camino. En Santa Irene, se divisa el Pico Sacro. En este albergue de la Xunta notan una bajada de los huéspedes por la competencia de alojamientos privados que reservan on-line y recogen las mochilas que los romeros mandan en taxi.


En la calle principal de Pedrouzo han abierto pizzerías, tiendas y también alojamientos por el tirón de los peregrinos. En el albergue, los caminantes parecen zombis, medio cojos. De noche, comentan en la cocina alegres sus anécdotas del viaje desde Sarria. Cuentan que pedían chupitos en cada bar para animarse a subir las cuestas. Solo queda un día para ver al Apóstol.

LO MEJOR 1. La convivencia. En la cocina de un albergue de Pedrouzo, peregrinos de Argentina, Dinamarca, Brasil y Cáceres comparten espaguetis y tapas. 2. Aldea de Calle. Conserva casas tradicionales, el suelo está enlosado y hay bares y tiendas. 3. Túneles vegetales. Es el tramo con más entradas envolventes en bosques, de abetos, robles o eucaliptos que recuerdan a los cuentos de hadas.

 LO PEOR 1. Cruces peligrosos. En esta etapa, las señales luminosas funcionan al pulsar el botón para cruzar el vial pero hay muchas intersecciones con riesgo. 2. Árboles caídos. La senda está cortada por dos árboles en A Calzada, prueba de que nadie revisa. 3. Publicidad con música. Cerca del kilómetro 21, un albergue de Pedrouzo se anuncia en una finca privada con pantalla digital y música clásica.

«No me entrené para cuestas»

Ana Cristina Ayala es una peregrina de Detroit. Donde reside también su marido, Eduardo, en Michigan, Estados Unidos, el terreno es mucho más plano

Texto: E.V.Pita

Publicado en La Voz de Galicia el 30/03/2018

Ver link original: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/03/30/me-entrene-cuestas/0003_201803G30P11991.htm

 Michigan, en Estados Unidos, es completamente plano. No hay ni una cuesta cerca de Detroit. Por eso, la norteamericana Ana Cristina Ayala, que vive entre praderas, llanuras y grandes lagos ignoraba a lo que se exponía si volaba a Galicia a cumplir su sueño juvenil de hacer el Camino de Santiago. «Todo allí es plano y me entrené antes de venir, pero no sabía a lo que me enfrentaba», dice mientras ordena su mochila en el albergue de Arzúa. Pasó una noche dura por las agujetas y dolores musculares. Su marido, Eduardo Ayala, la acompaña tras superar una operación en un pie. «Él no entrenó nada y lo veo muy callado, si le duele no lo sé», bromea la esposa. Ayala oyó hablar del Camino y le pareció «muy interesante, pero la vida te lleva por otros senderos, matrimonio, hijos, trabajo». Pospuso ese sueño y «solo fue un buen recuerdo» hasta que hace dos años una pareja de norteamericanos que lo habían hecho varias veces «trajeron a mi mente el viejo recuerdo».

 A la hija de una amiga le preguntó varias veces cómo era el terreno en el Camino de Santiago «pero ella nunca me lo dijo. Si lo hubiese hecho yo jamás me habría animado a venir (se ríe)». Iba a partir sola para esta caminata de cinco días pero «mi hija mayor se quedó al cuidado de la pequeña y mi esposo se vino conmigo». Finalmente, el matrimonio voló desde Chicago a Madrid y tomó un tren hasta Sarria. Además del jet-lag, el viaje en avión le dejó doloridas las rodillas. Y los dos primeros días la postraron «machacada» de tanto caminar monte arriba y monte abajo. Galicia le resultó familiar con Detroit por su clima «singular».

 «Allí llueve, cae nieve con el sol, hay nubes, sopla aire». Pero no contaba con los rompepiernas de las colinas gallegas y las subidas de Barbadelo, Castromaior y la bajada de Vilachá. «No me esperaba esto», cuenta sorprendida y con sus piernas doloridas. La tarde la pasó tumbada en su litera leyendo en su tablet. Ya en Pedrouzo, Eduardo Ayala muestra en su mano un fruto marrón. «¿Esto se come?». Sí, es una castaña.


«El Camino es la vida»

Patrina Kaye es una bloguera filipina que decidió hacer el Camino de Santiago por motivos religiosos

Texto: E.V.Pita

Publicado en La Voz de Galicia el 30/03/2018


Ver el link original en:
https://www.lavozdegalicia.es/noticia/galicia/2018/03/30/camino-vida/0003_201803G30P11992.htm


Patrina Kaye Cáceres, nacida en Tacloban, en Filipinas, escribe el blog Mspatsperous, especializado en recetas de comida. Cada viernes muestra un plato. Vive en Madrid y decidió hacer el Camino de Santiago por motivos religiosos. Al terminar la ruta confía en escribir su experiencia en su bitácora digital. Pero ahora tiene temas más urgentes en los que pensar: «Mi madre ha sufrido un ataque al corazón y, en cuanto llegue a Santiago, debo volver a mi país a cuidarla».La ruta jacobea decidió hacerla como «promesa» después de que su tío le hablase de la espiritualidad del Camino.

 «Detrás hay un componente religioso», dice mientras prepara pasta a la carbonara en un albergue privado de Pedrouzo. Unos andaluces le ponen música de Chayán porque a ella le gusta tararearla. «Para mí, el Camino es como la vida. Da igual que llueva o que haga tormenta, tú debes seguir adelante, pase lo que pase», dice. La noticia de la enfermedad de su madre le llegó hace un mes y, «Fue cuando tomé la decisión de marcharme de España».

Pero antes quiso cumplir su promesa de peregrinar a Santiago. En la última jornada confraternizó con varios amigos de distintas nacionalidades y comentaron hasta la medianoche en la cocina las mejores anécdotas de su viaje espiritual con fondo musical de Queen en plan chill-out.

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